Todos bien sabemos que la vida sin agua indudablemente desaparecería.
Diariamente nuestro cuerpo realiza un sinnúmero de procesos en los que
se pierde agua, por lo que la piel tiende a resecarse, además disminuye
la humedad de nuestro organismo, necesaria para funcionar bien.
En condiciones normales, y si su sistema excretor funciona
correctamente, una persona pierde alrededor de 1450 mililitros de agua
al día, distribuidos entre el agua como orina ( 500 mililitros), durante
la respiración como vapor de agua (600 mililitros), en el sudor (200
mililitros), desde luego dependiendo de las condiciones climáticas y
actividad física que se realice y por la materia fecal (150 mililitros).
Cifras aproximadas.
Por lo tanto es necesario que le ayudemos a nuestro cuerpo a mantener
el equilibrio, compensando esta pérdida tomando no menos de 1,450
mililitros de agua diariamente y mucho mejor si completamos los dos
litros. A ver, sean sinceros, si están leyendo este blog, ¿llegas a
completar los dos litros de agua diarios requeridos?
Propiedades del agua
El agua compone cerca del 60% de nuestro cuerpo. Posee propiedades
físicas y químicas benéficas para el organismo y además es el medio
ideal para el transporte de sustancias, es por ello indispensable en los
procesos de digestión, absorción, distribución de nutrientes,
transporte y desecho de elementos tóxicos. Nuestro cuerpo contiene gran
cantidad de agua. Asi pues:
- La sangre es 83% agua.
- Los músculos son 75% agua.
- El cerebro es 85% agua.
- Los huesos son 22% agua
- Los músculos son 75% agua.
- El cerebro es 85% agua.
- Los huesos son 22% agua
Bebiendo las cantidades recomendables de agua, el hígado, los
riñones, el sistema digestivo e inmunológico, cumplen muy bien con sus
funciones, se lubrican las articulaciones y mejoran la resistencia de
los ligamentos.
El agua actúa además como protector, ya que controla la temperatura,
ayuda a mantener los niveles adecuados de acidez en el cuerpo y retarda
los procesos de envejecimiento.
Un consumo equilibrado de este líquido ayuda también a mantener la
belleza del cabello, las uñas y la piel, la cual perfectamente hidratada
luce brillante, ya que se da una regeneración celular por medio de un
soporte suficiente de minerales, nutrimientos y por supuesto de oxígeno.
El agua es un excelente colaborador cuando de perder peso se trata,
ya que suprime el apetito y ayuda al cuerpo a metabolizar la grasa
acumulada.
Estudios recientes llevados a cabo en la Universidad de Harvard han
concluido que la ingesta de agua en cantidades apropiadas reduce un 45%,
el riesgo de problemas en el colon y a la mitad las probabilidades de
desarrollar cáncer de la vejiga; debido a que la deficiente hidratación
concentra mayor cantidad de sustancias tóxicas y cáncerigenas en esos
órganos.
El tomar suficiente agua, reduce también el riesgo de problemas
cardiacos: En la Universidad de Loma Linda en California se hizo un
estudio involucrando a 20,000 personas sanas que tomaban 5 vasos diarios
de agua y las cuales presentaron un menor índice de problemas
cardiovasculares en comparación con los que solo tomaban 2 vasos
diarios.
Se le ha atribuido también a la ingesta de una cantidad adecuada de
agua, la disminución de la producción de cálculos o piedras en el riñón y
la incidencia de las infecciones urinarias.
Finalmente se ha comprobado que si nuestro cuerpo esta lo
suficientemente hidratado, aumenta las sustancias para el control de
bacterias en la boca y que se encuentran en la saliva; evitando la
gingivitis (inflamación de encías), caries y otras enfermedades de la
boca.
MÁS BENEFICIOS DEL AGUA
1. Pérdida de peso: El agua suprime el apetito y acelera el metabolismo. Beber un vaso de agua antes de comer ayuda a sentirse más lleno, así consumes menos calorías. Puedes reemplazar los refrescos con azúcar por agua para bajar de peso. Beber más agua también ayuda a incrementar tu metabolismo.
2. Beneficia a los riñones: Los riñones no pueden funcionar
adecuadamente sin suficiente agua. El agua diluye las sales y minerales
con las que el cuerpo forma piedras se van por la orina. Dejar de beber
agua es permitir la formación de piedras en los riñones.
3. Beneficia al cerebro: Este depende del agua para trabajar de forma
más eficaz y te ayudará a pensar mejor. Si estás teniendo un día
difuso, y el cerebro no parece estar funcionando correctamente, toma un
vaso con agua. Mantén una botella de agua en tu escritorio y bebe con
regularidad.
4. Beneficia la piel: Una piel bien hidratada se ve más radiante y
más joven. El agua ayuda a hidratarla y aumenta su elasticidad. También
actúa como un desintoxicante y purificador de la sangre que resulta en
una cara limpia y clara, y menos acné.
5. Te ayuda con los calambres: Una hidratación adecuada ayuda a
mantener lubricadas las articulaciones y los músculos. El agua es uno de
los elementos principales asociados con los calambres musculares. Así,
beber agua antes, durante y después del ejercicio puede ayudarte a
prevenirlos.
6. Regula la temperatura corporal: El agua ayuda a regular la
temperatura de tu cuerpo, especialmente durante el ejercicio, cuando se
empieza a sudar. A medida que el sudor se evapora, el cuerpo se enfría.
Demasiada pérdida de agua como parte de la sudoración puede aumentar el
riesgo de agotamiento por calor. Por lo tanto, es necesario que te
mantenga hidratado durante el ejercicio para un buen rendimiento.
IMPORTANTE PARA AQUELLOS QUE ENTRENAN DIARIAMENTE!
7. Es vital durante el embarazo: Las mujeres embarazadas necesitan
más agua para responder a su mayor producción de sangre y apoyar al bebé
en crecimiento. Además, al amamantar a su bebé, la mujer debe beber más
agua, porque dar de lactar pone a la madre sedienta y podría
deshidratarse.
El no beber la cantidad suficiente de agua provoca en nuestro
organismo una serie de malestares, Estos son algunos síntomas provocados
por pequeños estados de deshidratación: dolor de cabeza, fatiga,
cambios de humor, calambres, dolores musculares. Además de consumir los
dos litros de agua diario, existen otras maneras de hidratar a nuestro
cuerpo. Un buen ejemplo es a través de las frutas, incluyendo y
aumentando el consumo diario de sandías, naranjas, uvas, peras y
duraznos.